ZZ Top: un trío inmortal

El sonido inconfundible de una banda que lleva medio siglo tocando llegaba con su tercer trabajo, ‘Tres Hombres’

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Todo el mundo conoce a ZZ Top, pero es difícil familiarizarse con la mayoría de sus discos, quizás porque en España no ha calado tan hondo como en EE.UU, cuyas raíces de blues, boogie y folk son tan profundas como la huella que van dejando estos “dinosaurios”. Lo más interesante es que los barbudos de Texas llevan 51 años provocando admiración y aumentando su legión de fieles; cinco décadas sin dar bandazos y mostrando al mundo que son el power trío más longevo y carismático del rock.

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Antes de conocerse ya tenían un buen bagaje musical, Dusty Hill tocaba el bajo en American Blues, banda que había montado su hermano Rocky y a la que se unió también Frank Beard a la batería; mientras, Billy F Gibbons recorría con The Moving Sidewalks gran parte de América como teloneros de Hendrix, quien consideraba a Gibbons un referente guitarrero, de hecho, en el primer concierto de la gira, como no llegaban a cubrir los 40 minutos establecidos de show se decidieron a tocar dos temas de Jimi con el genio mirando, asombrado, entre bambalinas. Vaya huevos.

El caso es que los tres decidieron formar parte de un proyecto único al que bautizaron como ZZ Top; Gibbons cuenta que es una especie de homenaje a B.B. King y a Z.Z. Hills, pero hay otra leyenda que dice que unificaron en el nombre las dos marcas de papel de liar más potentes del momento (ZigZag y TOP). Bill Ham, que había conocido a Billy un par de años antes, sugirió hacerse cargo del management, una de sus primeras demostraciones de poderío fue conseguir con contrato con London Records para la grabación de sus cinco primeros trabajos, antes de fichar por Warner.

Los dos primeros, ‘First Album’ (1971) y ‘Rio Grande Mud’ (1972) pasaron casi desapercibidos en el amplio territorio americano, sin embargo, en el sur, especialmente, en Texas, eran ya casi unos “llenaestadios”. Fue con su tercer trabajo, este ‘Tres Hombres’, cuando se metieron de lleno en la cultura musical de su país. Consiguieron generar un sonido único que forma parte del imaginario de los amantes de la guitarra, al igual que sus barbas lograron, a partir del 79, ser su distintivo personal definitivo, algo que surgió de pura gandulería, ya que en los dos años que pararon, Billy y Dusty decidieron dejar de afeitarse, no así Frank, que en su apellido (Beard) viene ya implícita la palabra.

Otro punch para darse a conocer al mundo fueron los tres conciertos en Hawái como teloneros de The Rolling Stones, que también consideraban al trío dignos de fama mundial, de hecho repartieron estopa de lo lindo cuando el público no daba un duro por ellos; aquellos días, para que se encontraran en las mejores condiciones, Ham les había limitado la bebida a un máximo de dos copas después de cada concierto, pero cuando fue a recogerlos al bar tampoco le sorprendió ver que las dos copas que habían tomado tenían el tamaño de un macetero gigante y que no podían ni mantenerse en pie, algo que, afortunadamente, no afectó a los shows.

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Volviendo al disco, Billy se empeñó en grabarlo en Ardent Studios (Memphis) al enterarse de que Led Zeppelin había trabajado con Terry Manning, que se involucró nada más conocer el interés de la banda como ingeniero, mezclador y editor de ‘Tres Hombres’, mientras que la producción correría a cargo de Ham y el propio Gibbons, una dupla que duraría hasta 1996. Fue así como crearon ese sonido que marcaría la trayectoria del trío, a veces más acentuado, otras menos, pero siempre original y marca de la casa. La portada es otro de los reclamos, pocos habían jugado con el verde como color principal, pero su apuesta llamaba la atención en los escaparates, las letras definiendo el sabor mexicano y el viejo oeste, con tres fotos de alto contraste para vestir la música que escondía el vinilo, que suena a fiesta.

EL DISCO

1. “Waitin’ for the Bus”. El viaje comienza en un viejo bus después de una dura jornada de trabajo. Su riff inicial de guitarra lo dotan de una personalidad única, más que por lo que cuenta, por la forma en la que Gibbons lo interpreta; el bajo siempre bombeando el corazón de la canción y los solos de guitarra de Billy y de armónica de James Harman, que quiso colaborar con el trío, ensalzados por el nuevo ritmo de batería que los acompaña.

Have mercy, been waiting for the bus all day
I got my brown paper bag
And my take-home pay

2. “Jesus Just Left Chicago”. Con un revés rítmico comienza esta pieza que solía estar unida tanto en los conciertos como en las reproducciones en la mayoría de las radios americanas. El blues que muestra es el que acostumbraban a regalarnos T-Bon Walker o Howlin’ Wolf, pero sin respetar la estructura original del estilo, por otra parte, en el momento en el que llega el solo las cosas cambian, el sonido se vuelve rockero y la interpretación enérgica: Mientras Hill sigue en sus trece con el Groove de bajo, Gibbons se pone agresivo, pero sentimental. Ambos cantan a dúo el tema, pero la voz de Gibbons suena a vieja escuela. El viaje que comenzó en bus se adentra ya por Chicago y New Orleans para probar el agua que se ha transformado en vino mientras buscan al mesías.

You might not see him in person
But he'll see you just the same, hey
You don't have to worry
Because taking care of business is his name

3. “Beer Drinkers & Hell Raisers”. Rock sucio que te transporta a cualquier tugurio de carretera con la certeza de que lo vas a pasar en grande. Es Hill quien se decide a llevar la voz principal del tema, pero el momento que hace que todo sea increíble es el primer solo de guitarra, es extraño porque empieza como si estuviera acabando, como si llegara al zénit melódico, sin embargo, va rodeando la idea y la convierte en un pasaje enorme. Sorpresón de los gratos con un sonido que bien podría ser de Black Sabbath, algo que vio claro Lemmy al llevarla a su terreno en una enorme versión de Motorhead; de hecho, el propio bajista declaró que si no hubiera montado su banda, habría suplicado incorporarse a las filas de ZZ Top.

The joint was jumping like a cat on hot tin
Lord, I thought the floor was gonna give in

4. “Master of Sparks”. La loca vida de Gibbons relatada en una canción. El alcohol y la valentía van generalmente de la mano con la locura y, cuando era joven, Billy se topó con un amigo con el que construyeron una jaula circular de acero en la que incluyeron dos asientos con cinturones de seguridad, la subieron a una furgoneta y se metió dentro con otro amigo, cuando rondaban los 100Km/h soltaron la jaula sobre la carretera, ¿qué podía salir mal? Afortunadamente el impacto con el suelo aboyó la estructura, por lo que no rodó como se esperaba, pero sí se desplazó lo suficiente como para crear una enorme hilera de chispas, por lo que, tras sobrevivir de milagro, los bautizaron como “Master of Sparks” (Maestro de las chispas). Genial el riff que doblan guitarra y bajo, pero no es para menos el trabajo de Beard con la batería.

When I hit the ground
You could hear the sound
And see the sparks a country mile

5. “Hot, Blue and Righteous”. El baladón del disco, rozando el soul a ritmo de tres por cuatro, con coros que engordan la canción de forma prodigiosa, especialmente para lo que se espera del trabajo. Después de tanto desvarío, llega el momento de calma en un tema que bien podían haber escrito durante un buen viaje de alcohol y drogas. Muy fino.

I heard the words as I closed my eyes
Down on my, down on my bended knees
It fit like a glove and I realized
Something good's happening to me

6. “Move Me on Down the Line”. Un rock de esos que podían haber puesto en liza desde los Stones hasta Foo Fighters. Van ya por Santa Fe en este fabuloso viaje con este no tan clásico tema, pero que guarda una fuerza muy especial gracias, no solo a lo que desprende la canción en sí, sino al trabajo del bajo y la guitarra.

Then I heard that rooster start his crowing
Around the curve that cloud
Of smoke was blowing

7. “Precious and Grace”. Gibbons y Hills relatan aquí una juerga única que tuvieron con un par de chicas que acababan de salir de la cárcel y a las que subieron a su coche desde la autopista. Parece menor, pero la entrada de la batería marca el desarrollo de la canción, con un gran riff que nos deja en tensión durante las estrofas y se agranda en la llegada del segundo solo de Billy; el primero de ellos es uno de los mejores momentos del disco, con el ritmo a doble tempo y la guitarra manteniendo las embestidas con una tranquilidad pasmosa, mostrando un gran gusto en los arreglos y plantándole cara a todos con su dominio del bottle neck.

Riding top the floodway on a Friday night
The landscape's a fine and natural sight

8. “La Grange”. La reina del disco y posiblemente la canción que define la actitud y el sonido de ZZ Top. La actitud porque habla de un burdel con más de 100 años de historia en la pequeña ciudad tejana de La Grange, un lugar al que su propio padre lo llevó cuando tenía 13 años, algo muy común en aquella zona; la publicidad no pudo ser peor, ya que tres meses después de publicarse el sencillo cerraban aquel prostíbulo por la lucha férrea de un periodista que se empeñó en clausurar aquella tradición local; posteriormente Dolly Parton y Burt Reynods protagonizaron una película titulada ‘The Best Little Whorehouse in Texas’, basada en un musical de Brodway y ambientada en ese mismo local. En cuanto al sonido se convirtió en santo y seña, con una Stratocaster del 55 y un Marshall cuyas válvulas habían sido modificadas se llegó a crear este ambiente que muchos persiguieron y casi nadie encontró. Los breaks de la batería, que huye en las estrofas de los parches centrándose en las zonas nobles del instrumento, y los cambios en el ritmo, otorgan al tema todo lo necesario, pero ahí no acaba la cosa, esa voz aguardentosa de Gibbons nos envuelve en el ambiente decrépito de ese burdel, y después está el solo: superlativo. No conozco a un solo guitarrista que no haya probado sus habilidades con esta canción. Sí, es cierto que el riff es una copia de dos canciones, en concreto una de las versiones que hizo John Lee Hooker junto a Canned Heat de su “Boogie Chillen” y el “Shake Your Hips” de Slim Harpo, de hecho, Bernard Besman, que poseía los derechos de la primera, interpuso una demanda en 1992 contra ZZ Top, pero la justicia determinó que ese riff era de dominio público.

Just let me know if you wanna go
To that home out on the range
They gotta lotta nice girls

9. “Sheik”. De Mozambique a Río de Janeiro, Congo y Cuba pasando por México para probar los burritos, así camina la canción, todo un viaje el que nos proponen los barbudos, el camino es importante, sino que se lo digan a Gibbons a la hora de montar el brillante momento instrumental, menuda manera de transportarnos y de llevarnos a la salida, normal que suba la temperatura.

My temperature had risen again
It must have been a hundred and ten

10. “Have You Heard?”. Quieren acabar el trabajo con un tema que es casi un espiritual gospel, pero que si obvias la letra puede resultar de lo más sexy, mostrando también la excelencia de la música sureña. Todo es sutileza en el tema, desde la voz, que suena limpia y serena, con coros apoyando magistralmente, hasta el groove de Hill; por supuesto, las guitarras vuelven a ser admirables.

Have you heard about Heaven?
Yeah yeah yeah
Seven come eleven
Yeah yeah yeah

RockFM