La perfección llegó con Wilco a las Noches del Botánico

Wilco ofreció ayer su segunda actuación en las Noches del Botánico donde dejó momentos brillantes y demostró la calidad de su repertorio
  • Víctor Moreno

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Las sombras de la tarde caían cuando en escena aparecía la banda que tenía que demostrar que no hay dos conciertos iguales, el repertorio de las dos noches del botánico cambió como si tuvieran el deber de lucir músculo, y de eso están sobrados. Es probable que la música denominada Americana haya conquistado hace tiempo el corazón de los españoles, pero lo de esta banda no tiene igual, tan pronto te recuerdan a Crosby, Stills, Nash & Young o The Band, como se mueven en terrenos más propios de R.E.M. e, incluso, The Beach Boys.

Tal es la confianza de Wilco con su último trabajo ‘Cruel Country’, que ayer dedicaron casi la mitad del repertorio a mimar un disco que suena a sus raíces con una fuerza magistral; eso sí, el comienzo fue con “Misundestood” de su segundo trabajo ‘Being There’, también recordado, especialmente, al final del show.

“Story to Tell” nos avanzó que Nels Cline se había recuperado perfectamente del Covid y se plantó a jugar con su lap steel mientras el hammond de Pat Sansone agregaba todos los colores y texturas a una gozada de sonido que duró toda la velada. Un disco enganchado a los altavoces no hubiera sonado mejor que lo que ayer nos dejó este concierto. Para demostrar de qué están hechos Jeff Tweedy comandó el asalto al ‘Yankee Hotel Foxtrot’ con “I Am Trying to Break Your Heart” y “Kamera”, con ellas me confirmaron que tendrían que ser motivo de estudio en todas las escuelas del mundo, sus sonidos enarmónicos y acoples perfectamente estructurados nos hablan de una montaña rusa que crea incertidumbre y pasa a la calma como si fuera algo que sale solo.

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Aquí brilló también Glenn Kotche a la batería, que se hace dueño del espacio rítmico para que John Stirratt tenga toda la libertad del mundo a la hora de atravesar el mástil de su bajo con una maestría traviesa. Volver al nuevo disco, con el country tranquilo de “Cruel Country” y el country envenenado de “Hints”, parecía lo más prudente, aquí Sansone se pasó a la guitarra, con la que creaba un sonido que te hacía mirar dos veces para saber si estaba trabajando con un slide o era la magia de sus dedos lo que provocaba aquel efecto, y era lo segundo. A “Poor Places” le siguió “Hummingbird” que también atravesó parajes que pocas bandas manejan, sus cañones parecen mezclar el jazz con la noise music; pero había que volver a lo último para que Tweedy se despojara de su guitarra y cantara a pecho descubierto, incluso con el sombrero en el pecho, el líder de Wilco tiene una personalidad arrebatadora, todo a pesar de no haber hablado aún con el público, que se dejaba las manos en cada tema. A partir de aquí, vemos como la banda empieza a divertirse, y el solo de Sansone crece exponencialmente al calor de la noche del Botánico, pero nos tenían reservado “Bird Without a Tail / Base of My Skull”, el final de este tema solo se lo cree el que estuvo anoche allí; todo seguía en su sito con “Tired of Taking It Out On You”, una hermosa demostración de la clase que atesoran.

Para repasar otras facetas de su discografía nos llevaron por su ‘Ode to Joy’, ‘Star Wars’ y ‘Sky Blue Sky’, algo que emocionó a todos, gracias a la arrancada a la eléctrica por parte de Tweedy y su paso por el indie rock, hasta llegar a uno de los momentos más celebrados de la noche con “Impossible Germany”, la joya de la corona, cuyo solo por parte de Nels Cline debería elevarse a tesoro internacional, ¡qué manera de gozar!, así ocurrió, que cuando acabaron no podían seguir con la siguiente canción por la ovación cerrada de todos los que nos encontrábamos entre los afortunados.

El folk también estuvo muy presente con “All Across the World”, fue entonces cuando llegó otra de las más coreadas: “You and I”; así fuimos pasando por un paisaje country que nos dejaba al abrigo de “A Lifetime to Find” donde se encontraron el lap steel y la eléctrica para crear armonías obligadas. El primer trabajo también tuvo presencia con “Box Full of Letters”, melodías más poperas, pero mejoradas con respecto al original de 1995. Así llegó “Jesus, Etc.”, que era lo que faltaba para que el público arriesgara su voz con sus inmensas melodías. Aún quedaba tiempo para recordar su “Dawned On Me” o “Heavy Metal Drummer” antes de llegar a la obligatoria parada que se ha institucionalizado de forma absurda en el mundo del rock con tal de llegar a unos bises como traca final.

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Para arrancar este momento eligieron la soberbia “A Shot in the Arm” del ‘Summerteeth’, que ha envejecido de forma gloriosa, y ya puestos, ¿por qué no traer la Americana pura a la vida? Con “Falling Apart (Right Now)” acabaron de conquistar a los despistados. Los últimos coletazos se los dejaron a lo más Lennon que tienen con Red-Eyed and Blue” y al indie rock gracias a “I Got You (At the End of the Century)” y “I’m a Wheel”.

Wilco son un despertar, la brillantez de la música en estado puro. Me iría más contento si hoy tocaran otra vez, y ya puestos, una vez al mes; pero la gloria es esperar, contagiarnos de esta belleza en momentos puntuales que te abran el alma durante dos horas y nos hagan llegar a casa como si hubiéramos derrochado toda nuestra adrenalina contra un saco de boxeo.


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