Steve Vai en las Noches del Botánico: la música a otro nivel

Técnica, sentimiento y actitud hacen que el concierto de ayer de Steve Vai en Las Noches del Botánico sea, de momento, de los más interesantes del ciclo
  • Víctor Moreno

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Anoche nos encontramos ante una ola de perplejidad compleja de definir. Primero el inmenso talento de Diego García, El Twanguero, un tipo que ha desarrollado una técnica que va del folk americano al tango, pero siempre con su característico sonido twang, que tanto se escucha en la tradición del country, rock and roll y rockabilly de los años 50, con Johnny Cash o Elvis Presley como principales exponentes.

Aunque ya lo había visto con banda, El Twanguero, siempre sorprende por su habilidad de adaptación, iba solo con su guitarra española, pero no necesitaba mucho más, su enorme habilidad para elevar una canción a algo espiritual es innata, a eso se suma su facilidad para la técnica del fingerpicking (tocar a la vez el ritmo y la melodía). El resultado un show hermoso y a la vez lleno de fuerza.

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Víctor Moreno

Hace seis años, ese mismo escenario acogía un show de Steve Vai ligeramente diferente, especialmente porque tocaba entero su disco más aclamado, 'Passion And Warfare' por su 25 aniversario, además contó con dos duelos virtuales de altura junto a Joe Satriani y John Petrucci. Ese concierto lo disfruté muchísimo, pero ayer me emocionó más, quizás por la montaña rusa en la que nos sumergió desde el principio; es difícil de explicar que un concierto instrumental de más de dos horas enganche como lo hizo ayer Vai. Tampoco es fácil comprender esa distancia que hay entre los graves de la base rítmica que golpean el pecho de forma vikinga y los agudos tan agudos de su guitarra que se cuelan hasta la parte trasera de la cabeza casi hasta molestar.

Lo que hace Steve demuestra que no solo es necesario el dominio absoluto del mástil y del instrumento en sí, sino de las técnicas más complejas, algunas inventadas, otras mejoradas por él. No hay un solo segundo en todo el show en el que no impresione, si no es su buen hacer a la guitarra, es Jeremy Colson a la batería, pocos hay como él, no solo por la fuerza que imprime al golpeo sino por la locura de tempos que maneja junto al bajo de Philip Bynoe y la guitarra y teclados de Dave Weiner.

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Víctor Moreno

Era necesario que abriera con una canción del nuevo disco que está presentando, 'Inviolate', por lo que “Avalancha” y “Little Pretty” formaron parte de los primeros compases, junto a “Giant Balls of Gold”; pero fue “Tender Surrender” la que nos llevó a ese mundo del pasado en el que los duelos se sucedían con soltura: primero Vai con Bynoe, luego con Weiner, que nos dejaron momentos épicos antes de que cediera el testigo a Weiner para que se luciera.

La vuelta, con “Building the Church”, fue para dejar las cosas claras y demostrar por qué es uno de los más grandes guitarristas sobre la tierra, su tapping a ocho dedos nos dejó a todos doblados, esa precisión de relojero suizo hace que los fallos que cometen tengan una elegancia suprema. No faltó en las pantallas aquella batalla que hizo con Ralph Macchio en la película 'Crossroads', pero, para mí, uno de los momentos de la noche fue con “Whispering a Prayer”, las lágrimas siempre a punto de desbordarse en una melodía hipnótica que sirvió de contrapunto a su lado más power metal. No decepcionó tampoco el solo de Jeremy Colson, cuyos brazos y piernas van más rápido que mis ojos.

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Víctor Moreno

Anunció, en la recta final, una colaboración especial, presentó al técnico de monitores como un gran cantante, con banda propia, Dani G. de Last Days of Eden, que se unió a la banda para interpretar ópera antes de uno de sus momentos cumbre, “For The Love Of God”, la joya de la corona, a la que pidió a su backliner que le ayudara con otra guitarra más en el escenario.

“Taurus Bulba”, el cuarto movimiento de la suite “Fire Garden”, fue la encargada de cerrar el set una noche más para el recuerdo. Solo Steve Vai puede llenar más de dos horas de música instrumental con una banda de cuatro personas y que te quedes con ganas de más.


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