"One in a Million", la canción que avergonzó a Guns N' Roses ante el mundo

Los tintes racistas y discriminatorios de "One in a Million" provocaron críticas en masa contra Guns N' Roses

 

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La historia de Guns N' Roses tiene muchos, muchos epiosodios oscuros. La banda califoniana y, más concretamente, Axl Rose, nunca se han caracterizado por callarse nada, por impopular que fuera su opinión o turbio que fuera el tema. Desde durísimas odas al despecho hasta una versión de un asesino como Charles Manson, Guns N' Roses nuca tuvo filtro. Sin embargo, en 1988, Axl se pasó de la raya con el tema "One in a Million"

La canción formó parte del segundo esfuerzo discográfico de la banda, 'G 'N' R Lies' y se caracterizó por su terrible letra racista y discriminatoria. Esto le costó, solo para empezar, varias invitaciones a eventos como un un concierto benéfico de la lucha contra el SIDA en Nueva York. Las críticas fueron múltiples, ¿cómo uno de los músicos de moda podía hacer una canción así? En una sociedad que, por fin, había comenzado a ser un poco mas inclusiva, esto era un indignante paso atrás. Si, a día de hoy, Axl hubiera escrito algo así, lo más probable es que su carrera se hubiera acabado en el segundo de haberla publicado. 

Como no podía ser de otra manera, Rose tuvo que pedir perdón y explicó, entre otras cosas, que la historia estaba inspirada "en parte" por la experiencia de uno de sus compañeros de piso West Arkeen, que era "como el sexto miembro de la banda", tras haber sido asaldtado en una gasolinera de Los Ángeles. El músico también narró que había visto a gente siendo atracada en la ciudad por rateros. Esta explicación no solo no lo arregló, sino que fue aún más indignante, teniendo en cuenta, sobre todo, que generalizaba sobre la gente afroamericana. 

Esto no acabó ahí, porque Axl siguió cargando contra los empleados de las tiendas de alimentación, porque le hacían sentir "discriminado" cuando iba a comprar a alguna de ellas. Esto decía mucho -y nada bueno- de Rose, que se estaba convirtiendo en uno de los tipos más odiados del panorama rockero de aquel momento. 

La ironía, aún con todo, estaba de lo más presente, teniendo en cuenta que el otro pilar de la banda, Slash, era hijo de un hombre inglés y una mujer afroamericana. El guitarrista, pese a sus malos vicios -derivados más de la fama que de otra cosa- la liaba, por lo general, menos que el blanco y rubio Axl Rose. A la hora de componer el tema, ambos músicos tuvieron, de hecho, una pelea. 

Slash insistía, constantemente, en que el tema no viera la luz, pero, cuando más se empeñaba en insistir en que era una mala idea, Axl se empecinaba más en afirmar que quería sacar la canción. "No me sorpendió que se causara tanta controversia, creo que el tono del tema era ofensivo. La manera en la que lo hizo, las palabras que usó...", recordaba Slash en 2010. 

"No suelo arrepentirme de las cosas. No estaba de acuerdo cuando salió y sigo sin estarlo, aunque a nadie le importa ya. Fue desafortunado en su momento, pero es lo que es y lo hecho, hecho está. No pienso en ello ya, fue agl gordo cuando salió, pero no he vuelto escuchar nada sobre ella en mucho tiempo", explicó. 

Eso sí, en su momento, la canción fue objeto de una "casi pelea" con Living Colour en el errático concierto en el que los de Axl Rose abrieron para The Rolling Stones. Aquella es otra historia, pero la canción tuvo mucho que ver en aquel caos. 

Cuando, en 2018, Guns N' Roses sacó un recopiatorio de toda su carrera, la banda lo tuvo claro: aquel tema no podía entrar. "Entre todos decidimos que no había sitio para ella en nuestro box set", contó Slash en su momento. "No tardamos mucho, no había mucho que decidir"

Al final, según avanzaron los tiempos, parece que Axl aprendió la lección y aquel infame tema ya no es más que una fea anécdota que nos recuerda las cosas malas a las que, como sociedad, nunca debemos volver. 

RockFM