The Cure: un guía en la oscuridad

‘Disintegration’ se convirtió en icono de masas muy a pesar de que Robert Smith no quería convertir a The Cure en una banda de estadios

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El rock alternativo aún no estaba en auge, a finales de los 70’s el postpunk y la ola new wave comenzaban a dominar la escena en Gran Bretaña; las bandas necesitaban explorar sus limitaciones y The Cure encontró el hueco en el que colarse aglutinando todos los estilos a la vez. Robert Smith contaba con sus compañeros de clase Porl Thompson a la guitarra y Michael Dempsey al bajo, a los que unía Laurence “Lol” Tolhurst a la batería con el fin de grabar su primer gran trabajo ‘Three Imaginary Boys’.

La repercusión no fue la esperada, por lo que Smith decide dar un giro de tuerca y se concentra en su lado más siniestro para acercarse a bandas como Joy Division o Siouxie And The Banshees, con quienes había tocado la guitarra en sustitución de John McKay y con quien descubre que su nuevo sonido debe enfocarse en ese camino. Este cambio no fue bien recibido por Dempsey que abandona la banda dejando paso a Simon Gallup, que se convirtió, casi de inmediato, en un icono más de la banda.

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Pero no fue hasta 1982 cuando Smith decidió utilizar la imagen para engrandecer su marca, por lo que se cardó el pelo, se pintó los labios de rojo y se oscureció el contorno de los ojos; no existía nada parecido, por lo que fue uno de los grandes distintivos que, hoy en día, se nos cuela en nuestro imaginario igual que la lengua de los Stones o el plátano de la Velvet. Esto, añadido a que cada vez hacían mejor música, coló para destacar en el 85 con el gran disco ‘The Head on the Door’. No paraban de editar singles de éxito, pero todos mostraban la cara más alegre y pop de la banda a pesar de llevar sobre la espalda la mara de rock gótico; los discos se vendían bien, aunque no dejaban de ser un grupo de culto, Smith necesitaba su ‘Sgt. Pepper’s’ particular, algo que dejará claro que no eran una banda más, y así fue como surgió ‘Disintegration’ en el 89.

No querían ser una banda de estadio, pero el destino se cebó con ellos y desde entonces los grandes escenarios son el motor que les mueve, especialmente desde 2008 que salió su último trabajo de estudio, aunque ya han anunciado que este mismo año tendremos nuevo disco; con 12 años para pensar, estoy convencido de que será enorme.

No se me olvidará nunca su directo, fue en 1995 cuando actuaron en Las Ventas (Madrid) en sustitución de R.E.M., y junto a Oasis y Faith No More, un espectáculo del que ya os hablé en este artículo, pero los de Smith eclipsaron todo desastre anterior y subieron a las tablas a ofrecer uno de los mejores shows que recuerdo, tres horas largas presentando todos los éxitos de The Cure, parecía que había hecho yo el setlist, con una banda solvente y entregada y un Smith sobresaliente. Puede que sea uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida, y, creedme, no he visto pocos…

La grabación del disco no estuvo exenta de problemas, los problemas de alcoholismo de Tholhurst, que, al ser incapaz de seguir el ritmo de la canción “Let’s Go To Bed”, se había pasado al teclado para que Boris Williams se pusiera a los mandos de la batería, hicieron mella en el resto del grupo que amenazó a Smith con abandonar la banda si no lo echaba tras la grabación. Así fue como lo dejaron en la estacada, aunque volvería a aparecer con la banda para la gira “Reflexion” de 2011.

Pero este no fue el mayor de los problemas, Smith, que se alojaba en una habitación de los estudios de grabación vio como un cortocircuito provocaba un incendio que, rápidamente, comenzó a hacerse con todo lo que había en ella. Alarmados, varios miembros del grupo decidieron cubrir sus cabezas con toallas mojadas y acceder al interior para recuperar los papeles con las letras de las canciones, casi carbonizados, que Smith consiguió reconstruir para darles un valor extra.

Aunque la compañía dijo que el disco era “deliberadamente oscuro”, y advirtió que si seguían con su plan de edición sería un “suicidio comercial”, The Cure no ceso en su empeño de seguir adelante con su plan; lo cierto es que el equilibrio es perfecto, combinando la depresión con una clara línea optimista. Los sintetizadores orquestan el trabajo de un modo majestuoso, mientras que la base rítmica es desbordante. El bajo de Gallup aporta todo lo necesario para que no haya duda de su trascendencia, siempre he pensado que es un guitarra solista frustrado y que, al margen del evidente aporte rítmico, cubre un espectro que, generalmente se le suele otorgar a las armonías de guitarra y teclado, pero rara vez al bajo.

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Las guitarras, igual que en los trabajos anteriores llenan de efectos la mezcla, un clásico ese phaser que nos cuela Smith junto a otros habituales (phaser, reverb, chorus y un delay en ocasiones exagerado), pero lo que más destaca es su forma de tocar, un estilo que ha dejado su impronta en el mundo del rock, más por la técnica que por la melancolía que rodean sus interesantes melodías y algo que nos revela que, por mucho que duren las canciones, nunca llegan a hacerse pesadas.

El examen del disco lo he querido hacer con las canciones que se encuentran en la edición original del vinilo, aunque, cierto es, que este trabajo fue uno de los primeros en editarse en CD, pero soy fiel a mi instinto y dejaré al margen las dos canciones que se incluyeron en las versiones extendidas, que no son otras que “Last Dance” y “Homesick”, con el fin de ceñirme al concepto creado en aquel momento. La portada fue objeto de habladurías, dado que empezaban a correr rumores de separación y que el título del trabajo (‘Disintegration’) dejaba también dudas sobre la continuidad; que Smith fuera el único que apareciera en el diseño no desmentía los chismes en torno a la banda. Algo que no importó ni a Tim Pope, su autor, ni al resto de integrantes (a excepción de Tolhurst, claro está).

De este modo y tal y como reza una de las leyendas del disco: “Esta música ha sido mezclada para que suene alto, así que sube el volumen”.

EL DISCO

1. “Plainsong”. Dos minutos y medio han de pasar para escuchar la voz de Robert Smith, pero la apertura es sorprendente y extravagante, como una orquesta bien engranada, con ornamentos barrocos, nos presentan lo que va a ser el disco. Las melodías comienzan a aparecer poco a poco como llevándote al trance. La voz llega en un plano que no destaca sobre el resto de instrumentos con efectos de reverb y delay que agrandan el sonido de la pista. Las campanas del inicio nos muestran que vamos a permanecer en un estado de semioscuridad a lo largo del disco, algo que también muestra la letra que compara el mal tiempo con su estado emocional. La línea que hace la guitarra en la versión original la reproduce al bajo Gallup en los conciertos. Una Plainsong es una canción gregoriana, nada que ver con lo que aquí presentan, pero sí parece que nos envuelve en un cántico casi religioso.

I think I'm old and I'm feeling pain, you said
And it's all running out like it's the end of the world, you said

2. “Pictures Of You”. La cortinilla metálica nos abre la puerta de una pista genial, en la que el bajo y la guitarra van marcando melodías paralelas, pero de gran similitud, que nos dejan una armonía de fantasía que luego adoptará también la voz, que se ve más nítida y brillante con respecto a la pista anterior. La foto que sirvió para ilustrar el single era una foto de su mujer que se salvó de la quema de un incendio que hubo en su casa y que Smith encontró entre las cenizas (parece que le persigue el fuego); aunque Smith ha dado varias versiones, esta es quizás la más popular y la que más se puede ajustar a la realidad, ya que la otra era que había destrozado todas sus fotografías tras leer un libro de una tal Myra Poleo, un libro y una autora que no existen, y que no es otra cosa que el anagrama del nombre de su mujer: Mary Poole. El protagonista busca consuelo en las fotografías de su amor al que no supo tratar como se merecía ni encontrar las palabras adecuadas para hacer que se sintiera bien.

If only I'd thought of the right words
I could have held on to your heart

3. “Closedown”. Descomunal la batería y el riff de guitarra que repiten los teclados. A pesar de durar más de cuatro minutos y que la voz de Smith solo aparece durante un pequeño verso, la canción no aburre y se abre paso como una fiera a través del disco. A Smith le obsesionaba llegar a los 30 años sin haber hecho su obra magna y quiere mostrar en la letra la necesidad de llevar a cabo esta hazaña.

I'm running out of time
I'm out of step and closing down
And never sleep for wanting hours

4. “Lovesong”. Una canción de amor atípica, pero que enamora al instante. El toque popero y bailongo la hace aún más que especial, eso sí, rompe un poco la armonía oscura que querían buscar a un disco de estas características; pero también es cierto que todas las canciones alegres de The Cure tienen ese toque pop que tanto agrada. La canción la compuso como regalo de boda a y en ella hace sus votos asegurando que sea como sea la seguirá amando, y lo cierto es que, a día de hoy, siguen siendo inseparables.

Whenever I'm alone with you
You make me feel like I am home again

5. “Lullaby”. Desde luego no es la típica canción de cuna, ya que es aterradora y la interpretación vocal mezclada con la instrumentación del tema así lo muestra y te recorre el espinazo a medida que va avanzando. Esos violines de sintetizador y el pizzicato en mute de las guitarras, llegan a lo más profundo de tu ser y se adueñan de ti. No es una nana al uso, ya que éstas suelen tener una métrica ternaria o de compás libre, aunque también se puede utilizar un 4/4 como en esta. Su tío le contaba historias de miedo entre la que se encontraba una con un spider-man (no el superhéroe, por supuesto) que, en esta ocasión se cena al protagonista; la letra esconde una posible metáfora sobre las drogas y el síndrome de abstinencia.

Quietly he laughs and shaking his head
Creeps closer now, closer to the foot of the bed
And softer than shadow and quicker than flies
His arms are all around me and his tongue in my eyes

6. “Fascination Street”. Fue el primer single en EE.UU. en lugar de “Lullaby”, ya que en aquel momento estaban promocionando la película ‘Lost Angels’ (‘Nuevos Rebeldes’ en España) y este tema formaba parte de la B.S.O. junto a artistas como Soundgarden, The Pogues, Bob Dylan o Cole Porter. Es enorme la intro que hace el bajo, pero toda la canción tiene un gran componente sensorial recreando diferentes ambientes. Smith había tenido una aventura en una calle de Nueva Orleans llamada Bourbon Street a la que él llamó Fascination Street.

So just pull on your face, just pull on your feet
And let's hit opening time down on Fascination Street

7. “Prayers For Rain”. Así comienza la cara B del disco, en la que nos van a dejar canciones más largas por su gran instrumentación. Un hombre desolado pidiendo que llueva como una esperanza viva de que el agua le devolverá lo que la otra persona le está quitando.

I live in dirt and nowhere glows but drearily and tired
The hours all spent on killing time again all waiting for the rain

8.“The Same Deep Water As You”. Comienza con la lluvia que pedía la pista anterior y nos arroja a un abismo de semioscuridad. Muy probablemente esta canción haya pasado desapercibida para los que escuchaban el disco y la pasaran por durar demasiado (9’22”), pero se perdían una de las grandes joyas de su discografía. No solo por la composición, sino por la fabulosa letra, en la que el protagonista se ahoga después de tanta lluvia, un hombre que no cree estar a la altura del amor de su pareja. Un increíble canto de amor, pero no del romántico, sino del dramático, aunque en realidad estos dos términos en el sentido pulcro de la palabra tengan mucho que ver.

Kiss me goodbye, pushing out before I sleep
Can't you see I try?
But swimming the same deep water as you is hard

9.“Disintegration”. Smith nos habla del más puro existencialismo, hay que recordar que con 29 años se sentía frustrado por no haber conseguido sus mejores composiciones y sentía desvanecerse en el abismo, quizás también tenía que ver el constante consumo de LSD, pero, lo que es cierto es que, esta pista fue el germen del trabajo. Con un sonido de cristales rotos recrea la metáfora que nos llevará a un universo que va creciendo gracias a la interpretación de Smith, pero no nos olvidemos, nuevamente, del enorme trabajo de Gallup al bajo. En la letra podemos encontrar traición, drogas, descontrol, manipulación, destrucción y éxtasis. Una combinación asombrosa.

And now that I know that I'm breaking to pieces
I'll pull out my heart and I'll feed it to anyone

10.“Untitled”. A pesar de la oscuridad que cubre el disco, el tema nos deja una melodía más alegre, abriendo la puerta a un nuevo horizonte con el cielo despejado. Las guitarras y bajo son protagonistas absolutas de la instrumentación haciendo un paréntesis a los adornos orquestados que tiene el disco. Un Smith mucho más contento nos recita una hermosa melodía libre de nostalgia, aunque con algún que otro monstruo rondando por su cabeza, ya que la letra no es tan luminosa como la propia canción, sino que la indecisión de Smith se ve de forma más que palpable.

Hopelessly fighting the devil futility
Feeling the monster climb deeper inside of me
Feeling him gnawing my heart away hungrily

RockFM